COMUNICADO de PRENSA


BOLETIN DE PRENSA 
CORTE CONSTITUCIONAL DECIDE MATRIMONIO HOMOSEXUAL EN COLOMBIA
Bogotá D.C. -  El Doctor Samuel Díaz Escandón, Presidente del Centro de Pensamiento Cristiano de Colombia "Juan Calvino", expidió el siguiente comunicado urgente a los pastores, líderes y miembros en general de la comunidad cristiana evangélica de toda la Nación:
“En los próximos días, la Corte Constitucional de Colombia deberá decidir el tema del derecho al matrimonio de las parejas del mismo sexo. La Corte fallará respecto a una demanda admitida por la misma corporación que pide que se modifique el artículo 113 del Código Civil, por considerar que desconoce los derechos fundamentales de los homosexuales a unirse en pareja y a integrar una familia con las garantías jurídicas del matrimonio. En otras palabras, se pretende tumbar la definición de matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer.  Hasta ahora, el alto tribunal no había decidido sobre el matrimonio y la adopción por parte de parejas del mismo sexo, aunque les ha reconocido derechos en salud, pensiones, subsidios de vivienda, etc.
Esta tendencia mundial a favor de la legalización de las uniones gays tuvo su última manifestación el pasado mes de Julio con la aprobación dada por el Senado Argentino a las uniones civiles de parejas del mismo sexo. Igual reconocimiento se les había dado en siete Estados de la Unión Americana, Canadá, Sudáfrica y siete países europeos (España, Holanda, Bélgica, Islandia, Noruega, Suecia y Portugal). En estas mismas naciones y en general en todo el mundo, tanto la Iglesia Católica como la Protestante han librado intensas batallas jurídicas y de movilización de la opinión pública en defensa de la familia y el matrimonio heterosexual.
Ahora nos toca a los colombianos. Es imperativo que, como cristianos demos a conocer en la hora presente la perspectiva  bíblica y evangélica respecto a este trascendental tema. Como cristianos creemos firmemente en la enseñanza bíblica sana y positiva sobre la sexualidad humana y el matrimonio heterosexual  contenida en las Sagradas Escrituras (Génesis 1 y 2) y en el enfático rechazo que se hace de las prácticas homosexuales (Génesis 19: 1-13; Jueces 19; Levítico 18:22 y 20:13; Romanos 1: 18-32; 1ª Corintios 6:9-10 y 1ª Timoteo 1:8-11).
Las Escrituras definen, sin lugar a dudas, el matrimonio instituído por Dios bajo el esquema de monogamia heterosexual. El mismo Señor Jesucristo reafirmó elocuentemente esta enseñanza en Marcos 10:4-9. La Palabra de Dios no contempla entonces otra clase de matrimonio, ni de relación sexual. El propósito indudable de Dios en esta materia es la unión sexual de un hombre y su mujer, la institución divina del matrimonio, es el orden creado por Dios. Por ende, la práctica homosexual (incluyendo el llamado matrimonio gay) debe considerarse una clara desviación de la norma de Dios, del precepto divino, no refleja el orden de la creación sino el desorden de la caída.
De otro lado, los cristianos no debemos convertirnos en los abanderados de una cruzada irracional frente a los temas de interés para la comunidad homosexual. En la defensa enérgica que asumimos de los principios fundamentales en pro de la familia y la institución del matrimonio no debe existir ninguna hostilidad personal hacia los homosexuales (homofobia). Las personas homosexuales merecen nuestro amor, comprensión y apoyo, no nuestro rechazo. El verdadero amor cristiano no es incompatible con la firme defensa de los principios y valores morales que en temas como el matrimonio ha enarbolado la civilización occidental y cristiana desde hace más de veinte siglos.
Desde el Centro de Pensamiento Cristiano de Colombia "Juan Calvino" no compartimos la pretensión de legalizar las uniones civiles de parejas del mismo sexo. Consideramos que la iniciativa no solamente es inconstitucional, sino innecesaria y lesiva a la mentalidad colectiva de la sociedad toda vez que inevitablemente se constituye en un incentivo, un fomento  a la homosexualidad. Es, sin duda, el mayor y más grave ataque contra la institución matrimonial en Colombia en toda su historia. En esto compartimos integralmente la posición de la Conferencia Episcopal de Colombia y del Procurador General de la Nación en que permitir tales uniones "alteraría el orden social y crearía un ambiente proclive a la homosexualidad".
Por lo anterior, y frente a la inminencia de la decisión que debe tomar sobre este tema la Corte Constitucional, invitamos a los cristianos de Colombia para que asumamos una oposición activa a la citada pretensión. Es necesario que la opinión de la comunidad cristiana sea debida y oportunamente conocida por quienes deberán proferir tan trascendental fallo.
P.D. La anterior comunnicación no constituye necesariamente la opinión del ministerio Arboles de Justicia; no obstante, el ministerio comparte la reflexión sobre el hecho de que la unión marital entre personas del mismo sexo no corresponde al 'orden divino de la creación' y, por lo tanto, se considera una práctica perversa y contra naturaleza.

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